Oh María Auxiliadora,
nosotras nos encomendamos a ti
para comprometernos a ser hoy con los jóvenes
casa que evangeliza.
Ayúdanos a renovar cada día nuestra voluntad de
conversión al Señor,
para que evangelizadas por Él podemos dar
testimonio
de la belleza del Evangelio a las nuevas
generaciones.
Haz que, movidas por la Palabra que salva,
como Don Bosco y la Madre Mazzarello,
vivamos la pasión del "da mihi animas cetera
tolle"
para irradiar alegría y esperanza
allí donde la inseguridad hace más frágil la vida,
sobre todo la de los jóvenes.
Acompaña la Iglesia en su misión
evangelizadora
para que todos encuentren a Jesús, roca de
salvación;
suscita en el corazón de muchos jóvenes el deseo
de seguirlo.
Te pedimos, Madre,
que en el camino de preparación al próximo
Capítulo General
abras nuestro corazón a las inspiraciones del
Espíritu.
Amén
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